Aunque cada vez hay menos puntos muertos sin conectividad sobre todo en las ciudades, todos esperamos tener una conectividad inalámbrica decente donde quiera que vayamos. Por mucho que disfrutemos de la creciente disponibilidad del 4G y su velocidad, sigue siendo la banda ancha doméstica la que define nuestras vidas digitales. Todo, desde ver Netflix en el televisor del salón hasta poder descargar contenido de Internet o ver los partidos de nuestro equipo favorito, lo hacemos principalmente en nuestra casa.
Tal y como salió publicado en la Red en el mes de mayo, Apple ha interrumpido recientemente la producción de sus routers AirPort. Sin este modelo en el mercado, el que tiene todas las de ganar de entre las dos grandes compañías, Google y Apple, es la primera con su modelo Google WiFi.
Antes de comprar
¿Tu casa es pequeña, mediana o grande? En términos del Google WiFi, tu respuesta determinará si necesitas uno, dos o tres puntos WiFi. Se pueden agregar más unidades más tarde, pero resulta más barato si se compran en conjunto. Un Google WiFi es suficiente para un apartamento, según comenta Google en su página web, o una casa pequeña que mida 152 y 450 metros cuadrados. Una casa mediana (450 a 900 metros cuadrados) necesita dos puntos y una casa grande (900 a 1500 metros cuadrados) necesitará tres unidades.
Has de tener en cuenta que es posible que necesites algo más que estas pautas: si tu casa está en el extremo inferior de la media en lo que a superficie se refiere, pero estará repartida en pisos separados seguramente necesitará más unidades de las que puedas pensar en función de la distribución mencionada anteriormente.
Google WiFi está disponible en 21 países, entre los que se incluyen España, Austria, Italia y Portugal. Su precio en Amazon es de 119 € para un dispositivo y 299 € si se compra un pack de tres.
Una de las ventajas del sistema es que se pueden añadir más puntos WiFi más tarde en caso de que se detectara que fueran necesarios (como cuando uno se muda a una casa más grande).
Puesta en marcha
Como prácticamente todos los dispositivos en los que Google está por medio, la puesta en marcha es muy simple. Primero hay que desempaquetar la unidad, obviamente. Aunque esto es simple, las cosas no se complican más en todo el proceso, así que puedes animarte porque esto no es como la experiencia que puede que hayas tenido con otros routers anteriormente.
Conecta el Google WiFi, o el primero si tienes dos o más, a tu router. Se trata de un sistema de malla, no el dispositivo para conectar la casa a Internet. Ese es el trabajo que le corresponde a tu router actual. Una vez conectada la unidad WiFi por cable Ethernet al router, casi todo lo demás se hace utilizando la aplicación para teléfonos inteligentes Google WiFi (disponible para terminales iOS y Android). Por ello, en este momento habría que descargar e instalar la aplicación.
Mientras la aplicación se está descargando en tu teléfono, puede ser el momento de fijarse en la sutil elegancia del diseño, un cilindro en color blanco mate con un anillo de luz en el centro que se ilumina en color blanco cuando todo está bien o naranja si hay problemas.
Posiblemente, si acabas de poner uno en el dormitorio y te molestan los destellos de luz, o se te quejan preguntándote por qué han de mirar fijamente a ese “faro” blanco brillante toda la noche, ten en cuenta que se puede apagar la luz por completo.
Con la aplicación lanzada, hay que escanear el código QR que encontrarás en la base de la unidad, y que es el que le dará nombre. No obtante, puedes crear una etiqueta personalizada, así que depende de ti.
Luego, cuando hayas elegido una contraseña, habrás terminado, a menos que quieras añadir más unidades a la red en malla.
En la práctica, la configuración en sí misma es rápida e limpia, aunque puede ser frenada por la inevitable actualización del software que tiene lugar tan pronto como puede y por el hecho de que el resto de unidades (2 y 3, por ejemplo) tienen que ser cuidadosamente posicionadas para que la señal llegue correctamente. Es mejor no esconderlos demasiado. Afortunadamente, su diseño elegante te animará a tener el Google WiFi a la vista para disfrutar de su diseño.
Software
Aquí es donde interactuarás con Google WiFi más allá de la configuración. Literalmente, pocas veces necesitarás apagarlo y encenderlo de nuevo para resolver un problema. La aplicación puede probar la velocidad de la red y devolver un análisis con los resultados, por ejemplo, diciendo si es suficiente para la transmisión de vídeo HD. Las características se añaden periódicamente, como la forma reciente de probar la intensidad de la señal para dispositivos conectados individualmente.
Hay características adicionales, como el Asistente de Red que funciona en segundo plano para asegurarse de que se está utilizando el mejor canal WiFi, o cambiar a otro si ve una conexión más rápida o de mayor intensidad. También puede dar prioridad a un dispositivo conectado, lo cual es útil si deseamos descargar software a nuestro portátil lo más rápido posible, y no permitir que otra persona en casa acapare el ancho de banda. Se puede configurar esta priorización para un máximo de cuatro horas. Otros routers lo hacen, pero no de forma tan sencilla.
En resumen…
Los routers WiFi no suelen ser muy elegantes, aunque este modelo podemos decir que es una excepción. Es muy sencillo de instalar y configurar, y funciona muy bien. Hay routers más rápidos, pero este modelo gana elogios por su consistencia y porque funciona correctamente.
Es cierto que posiblemente necesites más unidades de las que Google sugiere, sobre todo si las paredes de tu casa son gruesas o si está distribuida en varios pisos.
Su interfaz es atractiva y fácil de usar, por no mencionar que es útil.
Además, es un router de malla altamente eficiente que funciona bien y tiene muchas características adicionales.
Sin embargo, no es el más barato del mercado, pero dado su gran rendimiento, su software robusto y su buena fiabilidad, representa un modelo muy destacado.
