WiFi 6 y 5G, dos tecnologías que buscan encontrar el mismo espacio

Cada vez que sale un nuevo estándar de telefonía móvil, la mayor parte de las noticias giran en torno al «fin del WiFi«. Cuando se anunció el 3G, la promesa fue que haría redundante la tecnología WiFi de la época, lo que claramente resultó ser incorrecto. Con la llegada del 4G (LTE), la historia se repitió y se afirmó que el estándar 802.11ac de la tecnología WiFi pasaría a una mejor vida. Ahora el mensaje del 5G es que cubrirá tanto el interior como el exterior de las casas y de los edificios. Es casi como si el WiFi pronto fuera a dejar de ser necesario.

Esto seguramente te plantee la siguiente pregunta: ¿cuál será el impacto de la próxima generación de la tecnología WiFi, el WiFi 6 (802.11ax)? ¿Será necesario incluso después de que se haya desplegado la tecnología 5G a gran escala?

 

Más allá de la publicidad

 

 

Algunos de los mensajes que giran alrededor de la tecnología 5G son sólo el típico bombo publicitario, mostrando los puntos favorables e ignorando los menos favorables. Por ejemplo, el 5G con 4 Gbps será más rápido que el WiFi (802.11ac) con 1,3 Gbps. El argumento contrario que surge de inmediato es que el WiFi (802.11ax) con 9,6 Gbps será más rápido que el 5G. ¿Pero se alcanzarán estas velocidades en la vida real? Ya hemos visto esta misma situación antes. Esas brillantes promesas de acceso a alta velocidad acaban siempre sepultadas por la dura realidad cuando, por ejemplo, bajamos al sótano del edificio y vemos que «no hay conexión«.

 

 

Si queremos tener una idea real de hacia dónde se dirigen los desarrollos, es probablemente una buena idea el profundizar más allá de los titulares de marketing. ¿En qué nos tenemos que fijar? Para empezar, las leyes de la física nos dicen que las ondas de radio (tanto las de WiFi como las de 5G) tienen dificultades para penetrar en objetos como paredes y suelos, y las tasas de transmisión de datos disminuyen con la distancia. Radiar más potencia ayuda un poco, pero también causa ruido no deseado, lo que hace que los equipos sean más caros. Además, hay clasificaciones legales de potencia de salida máxima que deben cumplirse.

También hay leyes económicas. Los dispositivos móviles usan bandas que tienen licencia (3G/4G/5G). Los operadores de telefonía móvil (proveedores de servicios) pagan dinero por utilizar este espectro y necesitan desplegar una red de estaciones base (conectadas) para cubrir un gran área. Luego necesitan recuperar ese dinero invertido con cuotas de suscripción. A veces, en esa zona de servicio, es necesario atender a muchos usuarios, que comparten la misma banda de frecuencias en múltiples canales.

 

 

En cambio, el WiFi utiliza un espectro sin licencia, que está a disposición de todos gratuitamente. Sin embargo, la potencia de salida es muy baja, por lo que la señal de radio (más o menos) se queda en la propia casa o en el edificio como máximo, y tiene una reutilización espectral favorable. La misma banda de frecuencia puede ser utilizada en todas las casas.

Sin embargo, para tener Internet en la puerta de casa, hay que pagar a un proveedor de servicios de Internet una cuota de suscripción, incluyendo un simple router que forma parte de esa cuota. Si quieres, también puedes comprar un router más caro por tu propia cuenta.

Así que, en esta perspectiva de la banda de frecuencia, hay una interesante tecnología que se divide entre WiFi y 5G, pero ¿a los clientes nos importa realmente? Los clientes nos preocupamos por el acceso rápido a Internet (desde cualquier lugar) a un precio decente. En cambio, los operadores/proveedores se preocupan por proporcionar un buen servicio de Internet en todas partes (en casa y alrededor de casa) y mantener los costes bajo control.

 

Un poco de historia

 

 

Es interesante observar que el mundo del WiFi está arraigado en la industria informática comercial, mientras que el 5G está arraigado en la industria de la telefonía. Por lo tanto, los operadores de telefonía (ahora proveedores de servicios) tienen más afinidad con la tecnología 5G que con el WiFi. Cuando la mayoría de los operadores de telefonía comenzaron a ofrecer Internet a los consumidores, fue en conexión directa a los domicilios. Lo que sucedía dentro de la casa era responsabilidad del consumidor.

Hay otra distinción entre el móvil y el WiFi: un teléfono móvil utiliza una suscripción de servicio que requiere una tarjeta SIM. Esta tarjeta SIM asegura que los teléfonos están conectados a las suscripciones y no usan la red ilegalmente. Pero el WiFi no necesita una tarjeta SIM: la banda de frecuencia es libre. No es sorprendente que el mundo móvil esté buscando formas de hacer que la tarjeta SIM sea redundante, pero las iniciativas como la soft SIM y eSIM no están progresando como se esperaba porque son demasiado engorrosas y no lo suficientemente seguras.

La consecuencia de estas historias es que el mundo de la conectividad a Internet del consumidor se divide en dos partes: móvil (con una suscripción y una SIM) y estacionario (con un router en casa). Este escenario ya está bien establecido.

 

 

A veces, la conectividad inalámbrica a Internet puede ser problemática, e inicialmente los operadores de telefonía utilizaron esta molestia como una oportunidad para promover la telefonía móvil como una alternativa a la WiFi. La buena noticia es que esta mentalidad está cambiando.

Los operadores de cable también han entrado en escena. Han descubierto que, para muchos consumidores, la cobertura de WiFi en el hogar era una preocupación importante. Los operadores de cable respondieron ampliando su servicio para incluir una buena cobertura dentro del hogar. Esto está obligando a los operadores de telefonía móvil a hacer lo mismo, así como a desarrollar una mejor calidad de servicio de Internet inalámbrico en el interior.

 

Nuevo estandar WiFi 6 (IEEE 802.11ax)

 

Alcanzar una mejor cobertura dentro del hogar es una de las características clave de la nueva generación de WiFi, ahora llamada WiFi 6 (basada en el estándar IEEE 802.11ax). El concepto distribuido por debajo de esta nueva versión del estándar WiFi (también llamado WiFi Mesh) ayuda a distribuir Internet a todas las habitaciones de la casa, con el router principal en la puerta principal, y pequeños routers satelitales (también conocidos como repetidores) en cada piso y en cada habitación. Esto permite a los proveedores de servicios de Internet vender y mantener una sólida conectividad a Internet en todos los lugares de la casa.